viernes, 27 de marzo de 2015

Rompecabezas

Hace ya un par de años, una noche, Pedro vino a casa a cenar. Él había estado escribiendo mucho en esos días y componiendo varias bases rítmicas.

Era un julio riguroso y supongo que calentamos el ambiente con algún licor casero

En la pared estaba colgada la guitarra que alguna vez compré para que tocaran los pibes del CPEM 26 en una biblioteca a la que casi nadie iba. De algún modo eso cambió a partir de que alguna pibada empezó a enseñarse a tocar y otros a enseñarse lo poco que sabían de sus oficios de vida adolescente.

Ya en esa época Pedro era un compañero aunque todavía fuera alumno. Por suerte su enorme corpachón hacía coartada y acercaba  edad y afecto con el jovato.

En resumen, Pedro la descolgó y empezó a trabajar una secuencia de tonos mientras me contaba lo que le había pasado en la calle con una señora mayor que pedía y pasaba sus días entre gente que pasaba sin mirarla.

Esa noche, en un viejo grabador periodístico grabamos la primera versión de Rompecabezas.



Pasarían casi dos años hasta que la vida nos pusiera de nuevo en esta encrucijada, sin pacto satánico y con ganas de crear en compartido. Luego se sumó Lautaro y se fue amontonando una pequeña pila de papeles y corcheas, alguna afanosa fusa fisurada y la genial sensación de compartir el momento de la invención.

Algunas noches nos deslumbra el Rayo Verde y entonces esa semana se moja de sentido.

Con su destino ineludible, las canciones ya son cada vez menos nuestras. Nunca estamos muy seguros de quién hizo qué. Y eso es muy bueno.

Al tiempo y en otra ciudad hice la foto que Pedro había destinado para mí en esa noche. No es una gran foto. Lo importante no se ve…


Por la Calle (Fast Food)

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