miércoles, 5 de agosto de 2015

Entre Halcones y Balcones

Me venden un balcón, pero tenía entendido de que éstos se alquilaban, si me lo apropio, tal vez me aburra del paisaje urbano, aunque éste me acerque más al cielo, y me aleje más del suelo, me tienta la idea de dejar de mirar puntillos brillantes de noche y dejarme ir entre cada uno de ellos, al vacío, a la nada; de esta última se crea cualquier cosa que uno quiera, sin puntos de referencia, ni líneas de fuga o barras espaciadoras. 

Apilados y vecinos, los balcones dan respiro a lo concreto, como en nichos, multiversos se congenian en solo uno que los une.



En la terraza pude ver como al horizonte se divisa la gran metropolitana confluencia de dos poblaciones densificadas,
cristalizadas, estalagmitas de artificio dan paisaje y cobran peaje a quienes la conforman. 


Desde el llano, paso a paso puedo ver el mundo, está debajo de mis pies.

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