«En realidad, uno no sabe qué pensar de la gente. Si son
idiotas en serio, o si se toman a pecho la burda comedia que representan en
todas las horas de sus días y sus noches».
Roberto Arlt
Excelente la iniciativa de la TV pública, La biblioteca Nacional y Nombre
Productora de poner la torta y la cabeza para financiar Los siete locos y Los lanzallamas.
Por supuesto que se escucharán las voces desencantadas de
quienes comparan sus lecturas con esta mini (?) serie. Es inevitable el
desencuentro entre los mundos evocados durante la lectura y el soporte visual. Es
como comparar la soñada primera novia adolescente con el inesperado polvo iniciático.
Para quienes además leímos a Arlt en nuestra adolescencia,
resulta imposible recrear la fuerza de ese primer puñetazo dado en la Underwood y recibido en
el corazón.
Es para celebrar la elección del texto, casi tanto como la
elección de Piglia como guionista, la del elenco y el director de fotografía. Vayamos
por capítulos:
Elegir a un autor que tanto tiempo estuvo deliberadamente excluido
del canon literario, que como la justicia y las religiones es político y
escamotea ideologías por cada uno de sus poros, es un acto de audacia. Aún hoy, que soplan nuevos vientos por los viejos claustros, es abrir un poquito más en
serio la puerta al inmigrante, es asumirse un cachito más mezclado, sacar al
negro y al indio del ropero, ventilar los comités y dejar que soplen los aires
de anarquía, socialismo y fascismo que siempre anduvieron por sus cimientos.
Convocar a Ricardo Piglia es crucial, no solo porque es uno de los críticos que más saben sobre Arlt,
sino porque además es un escritor de puta madre.
Nunca pude entender como se celebraba tanto a Saer por su
meta ficción y tan poco a Piglia por lo mismo. Tal vez será porque hay en su
obra algún escondido perfil a lo Boedo, algo de Onetti con Cuba y Faulkner. Mucha
mezcla para el trago. Siempre los neoclásicos fueron preferidos por las chequeras oligarcas con olor a
mierda de vaca y si vienen con pátina francesa, mejor.
Claro que el Renzi de Piglia es primo del Erdosain de Arlt. Claro
que el viaje es en ambos el periplo de un Odiseo urbano. Por supuesto que la Pampa es un sitio para recorrer por las cicatrices de las vías o las carreteras y no la puerta de al lado del mito
orillero que de algún modo esconde el origen del dinero. Para que otra cosa se
fundan los mitos sino es para esconder los poderes reales.
Por eso de las genealogías y fundaciones y porque me gusta, Don Ricardo (éste, no el otro) le
viene justo al proyecto.
El elenco:
Diego Velázquez (Erdosain)
Carlos Belloso (el astrólogo)
Daniel Fanego (el rufián melancólico)
Daniel Hendler (el comentador)
Belén Blanco (Elsa)
Julieta Zylberberg (Hipólita)
Fabio Alberti (Ergueta)
Pablo Cedrón (Barsut)
Marcelo Subiotto (Bromberg)
Pompeyo Audivert (el buscador de oro)
Claudio Rissi (el mayor)
Martín Slipak (el abogado)
Moro Anghileri (Aurora)
Luis Ziembrows(secretario de redacción) (secretario de redacción)
De lo que vi en el primer capítulo, me parece que Fanego
como el Rufián la va a romper, a Belloso le calza muy bien el papel y Hendler
está muy medido como el comentador, escapando de un estereotipo medio fijado en
sus producciones previas. Se nota y muy bien lo fragmentario en las tomas, armando el balance justo de los roles. Tiene mucho que ver la mano del
director y la edición, que confieso desconocer bastante. Una agradable sorpresa.
La presentación de la serie me recordó de alguna manera a la
de True Detective pero a la nuestra y me gustó mucho. Bien
por la feliz coincidencia con el policial negro. En este rubro, la relación con
las imágenes de archivo tiene momentos muy felices y otros no tanto. El tópico
del viaje y las ventanillas con el paisaje del pasado está entre los primeros.
La elección de Diego Velazquez para el papel de Erdosain me
parece un acierto ya que no subraya la nota autobiográfica tan exagerada por el
parecido de Cedrón en El Juguete Rabioso
Creo que esto de algún modo nos advierte
que el universo Arlt trasciende la autobiografía como género y temática.
La fotografía impecable, hay que tenerle paciencia a algunos
empastes desprolijos entre las imágenes del pasado y el presente que como suele
suceder en las series pueden re-significarse y otorgar sentido en su desarrollo.
Para los que se perdieron el primer capítulo acá está
Agenden bocho frío y corazón caliente para los martes a
viernes a las 22,30 y recuerden:
«El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo. Crearemos
nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino
escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un
“cross” a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, y “que los eunucos bufen”»
Prólogo de los Lanzallamas
«En realidad, uno no sabe qué pensar de la gente. Si son idiotas en serio, o si se toman a pecho la burda comedia que representan en todas las horas de sus días y sus noches». Si empieza así, da gusto seguir leyendo, muuuy oportuna!
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